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sábado, 29 de octubre de 2016

FRASES DE CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURAS - E.L. JAMES

FRASES DE CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURAS


  • “Me siento atraída, como Ícaro hacia su sol. Yo ya me he quemado, y sin embargo aquí estoy otra vez.” 

  • “Sigo siendo Ícaro, volando demasiado cerca de mi sol.” 

  • “Estoy radiante de alegría, y mi boca entreabierta dibuja una sonrisa enorme y bobalicona. Cómo cambia todo en un día. ¿Cómo voy a poder dormir?” 

  • “Desliza dos dedos dentro de mí y los mueve en círculos. La sensación es exquisita. Cierro los ojos, deleitándome.” 

  • “—Me aparta el pelo y me besa la parte baja de la nuca, provocándome unos deliciosos escalofríos que me recorren toda la columna—. Me gusta verte feliz —murmura, y me abraza más fuerte. Contemplo la inmensidad del agua azul, preguntándome qué debo haber hecho para que la suerte me haya sonreído y me haya enviado a este hombre.” 

  • “—Me aparta el pelo y me besa la parte baja de la nuca, provocándome unos deliciosos escalofríos que me recorren toda la columna—. Me gusta verte feliz —murmura, y me abraza más fuerte. Contemplo la inmensidad del agua azul, preguntándome qué debo haber hecho para que la suerte me haya sonreído y me haya enviado a este hombre.” 

  • “Solo soy sensaciones. Esto es lo que él me provoca: toma mi cuerpo y lo posee totalmente, de modo que solo puedo pensar en él. Su magia es poderosa, arrebatadora. Yo soy una mariposa presa en su red, sin capacidad ni ganas de escapar. Soy suya… absolutamente suya. —Vamos, nena—gruñe entre dientes cuando llega el momento y, como la aprendiza de brujo que soy, me libero y nos dejamos ir juntos.” 

  • “Además… la expectación es clave en la seducción, y la verdad es que ahora mismo estoy muy interesado en posponer la gratificación.” 

  • “Es un joven brillante, airado y asustado, a quien al nacer le tocó una espantosa mano de cartas en la vida.”

  • “Y así se establece un patrón: despertar, trabajar, llorar, dormir. Bueno, tratar de dormir. No consigo huir de él ni en sueños. Sus ardientes ojos grises, su mirada perdida, su cabello castaño y brillante, todo me persigue. Y la música… tanta música…” 

  • “Me ruborizo. La diosa que llevo dentro está ahora inclinada de rodillas ante mí, con las manos unidas en un gesto de súplica. —A mí me gusta tu perversión sexual —susurro.” 

  • “El sarcasmo es la expresión más baja de la inteligencia, señorita Steele.” 

  • “Estoy de todo menos bien. Tengo la sensación de que el sol se ha puesto y no ha salido durante cinco días, Ana. Vivo en una noche perpetua.” 

  • “Haces esto únicamente porque estás asustado y no confías en mí. —No, hago esto porque finalmente he conocido a alguien con quien quiero pasar el resto de mi vida.” 

  • “La canción que más me gusta del mundo es tu risa.” 

  • “Él se yergue, y en su boca se dibuja una sonrisa de triunfo tipo «Te tengo a mi merced, Steele». Baja el taco y se acerca hacia mí pausadamente, con el cabello revuelto, sus vaqueros y su camiseta blanca. No tiene aspecto de presidente ejecutivo: parece un chico malo de un barrio peligroso.” 

  • “Me abraza más fuerte, y me siento segura, apreciada y amada, todo a la vez. Es maravilloso. Cierro los ojos, y disfruto de la sensación de estar en sus brazos. Amo a este hombre. Amo su aroma embriagador, su fuerza, sus maneras volubles… mi Cincuenta.” 

  • “—¿Qué sientes? —No haber usado la palabra de seguridad. Él cierra los ojos, parece aliviado. —Podríamos habernos evitado todo este sufrimiento —musita. —Parece que tú estás bien. Más que bien. Pareces tú. —Las apariencias engañan —dice en voz baja—. Estoy de todo menos bien. Tengo la sensación de que el sol se ha puesto y no ha salido durante cinco días, Ana. Vivo en una noche perpetua. Me quita la respiración oír que lo reconoce. Oh, Dios, como yo. —Me dijiste que nunca te irías, pero en cuanto la cosa se pone dura, coges la puerta y te vas. —¿Cuándo dije que nunca me iría? —En sueños. Creo que fue la cosa más reconfortante que he oído en mucho tiempo, Anastasia. Y me sentí relajado.” 

  • “La expectación es clave en la seducción.” 

  • “Estuve despierto durante horas, contemplando cómo dormías —murmura—. Puede que ya te amara entonces.” 

  • “Para correr, primero tenemos que aprender a andar.” 

  • “Que Dios me ayude, Anastasia; si no comes, te tumbaré encima de mis rodillas aquí en este restaurante, y no tendrá nada que ver con mi gratificación sexual. ¡Come!”